sábado, mayo 07, 2011

El y los del Post la llevan

"Los partidos, pese a su mala fama, son instituciones fundamentales para el funcionamiento de la democracia. Las normas que los rigen debieran incentivar un funcionamiento basado en el civismo y la sana seducción democrática de los ciudadanos. Mientras mayor la permeabilidad que los partidos muestran al convocar e interpretar a la ciudadanía, más robusta la democracia. Lamentablemente la alta tasa de chilenos que responden que no a las preguntas iniciales nos indica que estamos muy lejos de aquello. Muchos partidos chilenos prefieren el arquetipo del ciudadano cautivo del voto por el mal menor, por sobre el del ciudadano activo y comprometido con su opción electoral.

Pero los partidos no son cuerpos homogéneos, en ellos hay diferencias que generan tensiones y disputas, como lo son aquellas entre lo local y lo central. Lo que esta ley hace en la práctica es tomar parte en esa pugna y entregarle más poder a las directivas, en detrimento de los militantes y del respaldo que potenciales candidatos alternativos pudieran generar en la opinión pública. Decir entonces que esta Ley fortalece a los partidos parte del supuesto que su debilidad actual es el alto poder de las militancias frente a sus directivas. No podemos estar más lejos de tal diagnóstico."

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